El cirujano plástico Mario Cabani envió una carta notarial a la presidenta Dina Boluarte, en la que solicita la rectificación de sus declaraciones, advirtiendo que, de no hacerlo, interpondrá una denuncia por difamación agravada. En el documento, también presenta nuevos elementos que refuerzan las sospechas de que la mandataria habría firmado resoluciones oficiales mientras se encontraba internada por procedimientos estéticos.
Cabani sostiene que Boluarte permaneció hospitalizada en su clínica desde el 28 hasta el 30 de junio de 2023, y que el 29 —día en que se firmó una resolución supuestamente rubricada por la presidenta— no pudo haber estado en Palacio de Gobierno. “Estuvo internada todo el día. Nadie más ingresó a la habitación y recibió atención postoperatoria en su domicilio”, afirma el médico.
En ese contexto, cuestiona lo que denomina un inexplicable “poder de desdoblamiento”, señalando que resulta inverosímil que Boluarte haya firmado documentos oficiales mientras estaba en reposo absoluto.
El documento enviado a Palacio de Gobierno también indica que el equipo médico que intervino a la mandataria trabajó durante 2 horas y 25 minutos, y que su recuperación requirió supervisión especializada. A partir del cotejo entre su firma habitual y las que aparecen en varias resoluciones publicadas en El Peruano, se identificaron diferencias que —según Cabani— indicarían una firma falsificada.
Estas afirmaciones coinciden con declaraciones previas de Patricia Muriano, exasistente de Boluarte, quien señaló ante la Fiscalía que al menos tres resoluciones fueron firmadas con rúbricas que no pertenecen a la presidenta, pues esta se encontraba aún bajo los efectos de las intervenciones estéticas.
Cabani, quien lideró los procedimientos, indicó además que esperan el pronunciamiento de peritos para comparar las firmas en las resoluciones cuestionadas, con el fin de determinar su autenticidad. En su carta, exige a la mandataria que deje de “ocultar la realidad” sobre el caso “Cirugías”, e insiste en que la verdad debe esclarecerse por el bien de la institucionalidad.