Por Jaime Abanto Padilla
Un nuevo escándalo ha remecido la Beneficencia de Cajamarca. Luego de una serie de graves denuncias contra el presidente del directorio y algunos funcionarios, todo ha coronado con la destitución de Walter Huamán del cargo de presidente del Directorio de la Sociedad de Beneficencia de Cajamarca.
La División de Investigación Criminal (DEPINCRI) de Cajamarca, en coordinación con el Ministerio Público abrieron un proceso por el hurto de los arreglos florales del Cementerio General de Cajamarca para revenderlos de la manera más vil que un ser humano pueda imaginar.
Según la tesis fiscal, los presuntos implicados, hurtaban las flores por una de las puertas posteriores del cementerio entre gallos y medianoche para luego negociarlas con floristas de distintos puntos para que vuelvan a venderse en medio de un dantesco negocio cíclico que resulta abominable.
Es decir, los deudos en medio del dolor, luego del funeral dejaban los arreglos florales, en muchos casos muy costosos y se retiraban del camposanto a sufrir su pena, mientras esas aves de rapiña hacían el más vil de los trabajos. Ojalá que les caiga todo el peso de la ley por sus delitos y por faltar a la memoria de nuestros muertos.